Unai Emery volvió a cometer su enésimo error y volvió a alinear en el centro del campo a Baraja y Albelda.
Todas las personas "normales" solemos aprender de nuestros errores, pero Unai no, Unai no solo no aprende, sino que reiteradamente los vuelve a cometer una y otra vez.
El domingo, el Sevilla se adueñó del centro del campo de inmediato, ya que Albelda era la misma nulidad de siempre y Baraja no puede hacer el solo todo el trabajo.
Durante los primeros minutos se puede decir que el Sevilla nos corrió a balonazos, creó varias ocasiones de gol, tiró infinidad de corners y nos metió un golazo de cabeza al saque de un córner, por un fallo de marcaje a los que ya estamos acostumbrados.
El Sevilla no marca muchos goles. De hecho es el equipo que menos goles lleva a favor, de los siete primeros de la clasificación, e incluso el Betis, décimo clasificado, tiene mas goles a favor, pero también es el equipo menos goleado, después del Barsa.
Tal vez por ello, el cagón de Manolo Jiménez, decidió, hacia la media hora de partido, echar a su equipo atrás, fiando en su capacidad defensiva y pensando que, como mucho, el VCF solo podría empatar y ese resultado también le servía. Ese fue su primer error.
El segundo error es que, jugando al límite del reglamento, como siempre hace el Sevilla, se expone uno a que le llegue alguna expulsión, como así ocurrió.
Con la superioridad numérica, con el claro penalti a Mata y, sobre todo, con la entrada de Pablo Hernández por un apático Joaquín, al que no le salió casi nada, pero que intentó muy poco, el VCF se fue haciendo con las riendas del partido, hasta culminarlo con el tercer gol, obra del mismo Pablo Hernández que batió al rabioso Palop por su palo. Gran gol de Pablo, pero error del portero.
Durante los primeros 20 ó 25 minutos, el porcentaje de posesión del balón por parte del Sevilla dobló al del VCF (65x35), pero no posesión de esa de pasarse el balón en su propio campo, no, posesión de jugadas de ataque y en campo del VCF. En una de esas jugadas llegué a contar mas de 30 pases entre jugadores del Sevilla, sin que ningún jugador del VCF tocase el balón.
Ya he dicho otras veces que Albelda juega por decreto y continúo diciéndolo, y el que no vea que eso perjudica enormemente al equipo, allá él. Hay que llegar a un acuerdo con este exjugador para que abandone el club, y si no se llega a ese acuerdo, hay que ponerle un lacito y colocarlo en la grada hasta que termine su contrato.
Me parece inconcebible que un jugador como Maduro, joven, con calidad y con proyección, no haya jugado todavía esta temporada en su lugar natural. Me pregunto si existe algún interés en que no se pueda demostrar si Maduro lo hace mejor que Albelda (seguro que sí) jugando en la misma demarcación.
Alguien debería dar una explicación...
P.D.1 - Así no, Joaquín. Esas reacciones son mas propias de un niño que no de un hombre hecho y derecho. El domingo no diste pié con bola y tu "compañero" Pablo Hernández hizo en los minutos que jugó, mas que tú en diez partidos. Déjate de niñerías, aunque luego pidas perdón y aprieta, que tu puesto en el equipo estás dejando de merecerlo.
P.D.2 - Mi aplauso al blog de CheCheChe por su artículo de hace dos horas, ja, ja, ja, ja...