El dircom Damiansito vetando medios por decir verdades, el presidente Soriano incumpliendo una tras otra todas sus promesas y plazos variados (venta de la parcela, pago a los jugadores, pago a la U.T.E., firma con la TV, firma con la marca de equipaje, etc. etc. etc.), el vicepresidente Zorío blandiendo un papel y queriendo hacernos creer que aquello era un contrato o similar, el vicepresidente deportivo Fernando Gómez fichando parches y remiendos (Carleto, César, De Albert) y dejando marchar futbolistas válidos (David Navarro, Hildebrand, Zigic), el entrenador Unai Emery confeccionando alineaciones de diez jugadores, haciendo los cambios tarde y mal, y acabando los partidos perdiendo, pero con la cabeza muy alta...
Pero todo ello no significa que tengamos que olvidarnos de todas las demás circunstancias que rodean este deporte que nos ocupa, llamado fútbol.
Y una de ellas, tal vez de las mas importantes, son los árbitros.
En el partido contra el Málaga hubieron un par de jugadas poco comentadas. La primera de ellas es la entrada asesina de Luque a Moretti, merecedora de una doble tarjeta roja, pero que se quedó en una amarillita. Con Luque expulsado justamente, el partido, por lógica, hubiera sido otro. La segunda es la jugada del gol del empate del Málaga, con la pérdida del balón, en ataque, por Marchena, en la zona defensiva del Málaga (¡¡a donde coño iría Marchena!!), y que el propio Marchena no corta porque sabe que tiene ya una amarilla y esa entrada le hubiera supuesto la segunda, con la consiguiente expulsión. Claro, era Marchena, y a Marchena y al Valencia no se le perdona ni una.
Ahora veamos otros partidos: El Barsa pierde 2 - 0 y el árbitro pita una penalti contra el Betis en el último minuto de la primera parte, por un roce lateral del pie de un defensa contra el pie de Iniesta, que se deja caer. Para mi no es penalti. Pero es que, en la segunda parte un claro agarrón de un defensa del Barsa, dentro del área, sobre Oliveira, se queda sin pitar. Hubiera podido suponer el 3 - 1.
Partido Español - Sevilla: Minuto 18 de la segunda parte, resultado 0-0. Lola agarra ligeramente a ese especialista en expulsión de jugadores contrarios que es Capel. Haciendo todo el teatro del mundo, Capel exagera todo lo exagerable y el árbitro le saca la segunda amarilla a Lola y lo expulsa. Resultado final Español 0 Sevilla 2.
Hace unas semanas al Madrid dejaron de pitarle dos claros penaltis en contra, y encima, expulsan al jugador contrario por simular. Por el revuelo organizado meten al árbitro un mes en la nevera.
Ese árbitro acaba de cumplir su sanción, aunque aún está algo congelado. Les ha faltado tiempo para asignarle un partido para el próximo domingo. ¿Sabéis cual?. Habéis acertado: el Depor - Valencia.
Yo no digo que los árbitros manipulen los partidos conscientemente, aunque "piensa mal y acertarás", pero de que son todos ellos muy malos (y hay que ver lo que cobran) y de que hay muchos medios, sobre todo de la meseta central, que se encargan de mentalizarlos, no me cabe ninguna duda.
Y Soriano dejándose dar palmaditas en la espalda por ese caradura llamado Sánchez Arminio.
Estoy de acuerdo,vengo hace varias jornadas denunciandolo,a pesar del mal juego de nuestro equipo no queremos justificar nada,solo juticia.
ResponderEliminarLos arbitros tenian que ser libres como los futbolistas,de modo que las mejores ligas del mundo pudieran fichar a los mejores arbitros y que ganaran una pasta. Ahora los malos a pitar a la liga de Ucrania por cuatro duros si es que les interesa.
Un saludo
Pues tienes mucha razón. Al Valencia le han perdido el respeto completamente.
ResponderEliminarLo peor de todo esto (crisis en valenciastan) es que están consintiendo (los dirigentes) que se mofen de nuestro escudo, de nuestra historia y del respeto deportivo que tanto nos ha costado ganar en el campo. Se mofan los árbitros, la prensa mesetera y, adivinando el cruel final del club, se mofan los valencianies unos de otros. ¡Sálvese quien pueda!
ResponderEliminarBen cordialment
PD: No. El final ha de ser otro, más digno.
Muchas cosas tienen que cambiar en este Valencia, pero si somos ridiculos no podemos pedir que nos traten como si fuéramos importantes.
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